jueves, 30 de junio de 2016

CAMBIA TUS CREENCIAS Y CAMBIARÁ TU VIDA

A estas alturas, prácticamente todo el mundo tiene asumido que son nuestras creencias, o recuerdos del inconsciente, las que dirigen nuestra vida. Nuestra mente subconsciente, esa gran desconocida para la mayoría, es quien nos lleva por caminos de placer o de dolor, quien nos dirige directamente hacia esa piedra en la que tropezamos día sí y día también, o al contrario, nos dirige por caminos donde todo fluye y todo está bien. Y todo eso en base a nuestras creencias.
Una creencia es la aceptación de aquello de lo que hemos sido testigos, de aquello que hemos experimentado o conocido por nosotros mismos, incluso antes de nacer; o de aquello que nos han transmitido otros mientras no teníamos capacidad para valorarlo. Familiares, amigos, profesores, líderes de opinión, etc., están en el origen de gran parte de las creencias que tenemos y que nos condicionan en el día a día definiendo nuestra realidad sin ser nosotros conscientes de ello. La historia, la religión o la ciencia son asimismo el origen de un sinfín de creencias.

jueves, 23 de junio de 2016

¿A QUÉ DEBO RENUNCIAR SI QUIERO SER FELIZ? ¡A NADA!

El simple hecho de pensar que debemos renunciar a algo en la vida para alcanzar la felicidad responde a una concepción errónea de felicidad. Responde a la idea de que cosas externas a mí mismo condicionan mi felicidad, y eso no es así.

jueves, 16 de junio de 2016

LO ESPIRITUAL Y LO MATERIAL NO ESTÁN REÑIDOS

En cierta ocasión escuché una frase que me gustó mucho. Decía “ser espiritual no significa ser tonto”. Y efectivamente no puedo estar más de acuerdo con esa afirmación.

Desarrollar el lado espiritual de uno mismo no implica renunciar a todo lo demás. Implica simplemente desarrollar ese aspecto de nuestro ser. Somos seres multidimensionales, y en el equilibrio en todas nuestras dimensiones está nuestra verdadera grandeza. Es en ese nivel en el que estamos en disposición de desarrollar todas nuestras capacidades.

Actuando desde el equilibrio interior y desde la confianza alcanzaremos ese nivel de fluidez donde uno se relaja, suelta y deja de lado los apegos y expectativas. Es en ese nivel donde las cosas comienzan a fluir y los resultados llegan sin esfuerzo, sin luchar, simplemente como algo natural. Es cuando la “magia” y las “casualidades” se convierten en algo habitual. Es cuando realmente asumimos el control para crear la vida que deseamos.

Y todo ello sin renunciar a nada, excepto al apego. Cuando hay apego por las cosas materiales estamos dándoles un poder sobre nosotros mismos. Estamos delegando sobre la tenencia o no de esas cosas el poder de sentirnos bien o mal. En el momento en que renuncias al apego, pasas a disfrutar de las cosas materiales cuando las tienes, sin sufrir cuando no puedes disfrutar de ellas. Es realmente el apego lo que está reñido con tu desarrollo espiritual. Renuncia a él y serás mucho más feliz.


Ricardo Eiriz

jueves, 9 de junio de 2016

EL PODER DE LOS HÁBITOS

Queramos o no, todos funcionamos en base a hábitos. Sin ni siquiera pensarlo repetimos una y otra vez todo tipo de reacciones y comportamientos. No somos nosotros conscientemente quienes decidimos hacer la mayoría de las cosas que hacemos, o incluso pensar de un modo u otro. No somos nosotros habitualmente los que decidimos pensar en positivo o en negativo. No decidimos conscientemente si confiamos o no en nosotros mismos y en los demás.

La mayor parte de nuestra vida vamos en piloto automático, actuando y decidiendo sin pensar. Ese piloto automático nos lleva a responder siempre del mismo modo cuando nos encontramos delante de determinados estímulos y situaciones, nos lleva en definitiva a desarrollar unos hábitos concretos.
Resulta curioso cómo la mayoría de profesionales de la mente dicen que cambiar hábitos es muy difícil, que requiere mucho tiempo y esfuerzo. Sin duda el camino que siguen es coherente con la interpretación que hacen.

jueves, 2 de junio de 2016

NUESTRO SUBCONSCIENTE, ESE GRAN DESCONOCIDO

Somos mucho más de lo que pensamos.
Somos mucho más de lo que nuestros resultados nos muestran.
Somos mucho más de lo que los demás dicen o piensan .
Nuestro ego nos lleva a juzgarnos a nosotros mismos y a los demás en base a los resultados que estamos obteniendo, sin ponernos a pensar en lo que realmente determina estos resultados: nuestros hábitos.
Efectivamente, son nuestros hábitos, esos patrones de comportamiento que repetimos hasta la saciedad sin mediar nuestra voluntad consciente, los que nos llevan al éxito o al fracaso; a la seguridad en nosotros mismos o a la inseguridad; a los celos o la confianza; a la abundancia o la escasez; etc.